

Tiempo de Boleros: Programa radial (Musica Sin Fronteras) producido por Santiago González, Darío Montilla y Reinaldo Viloria. Conducucido y Trasmitido todos los domingos en vivo por los locutores Santiago y Dario:
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11 am a 1 pm, hora México
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Javier Solis
Javier Solís, su nombre real Gabriel Siria Levario, nació en Nogales, estado de Sonora, el 01 de septiembre de 1931. Fue el primero de los tres hijos del matrimonio formado por Francisco Siria Mora, de oficio panadero, y Juana Levario Plata, comerciante. Su madre poseía un puesto de venta en un mercado público y, debido al abandono de su esposo y al tiempo que le demandaba su trabajo, decidió en abril de 1932 dejar a Gabriel en casa de sus tíos Valentín Levario Plata y Ángela López Martínez. De hecho, el futuro artista siempre consideró a estos sus verdaderos padres.
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En su juventud quiso ser boxeador pero al darse cuenta de sus aptitudes vocales, comenzó a presentarse, como intérprete de tangos, en lugares públicos de espectáculos conocidos como carpa. Su primera oportunidad se la ofreció Manuel Garay, payaso de profesión y administrador del Teatro Salón Obrero. Ahí se puso como nombre artístico Javier Luquín y participaba en concursos de aficionados, y llegó a ganar en más de una ocasión un par de zapatos donados por una zapatería del lugar. Continuó trabajando en carnicerías, y el propietario de una de ellas, David Lara Ríos, al descubrir las habilidades del joven intérprete, decidió pagarle clases de canto con el maestro Noé Quintero, quien había sido maestro de vocalización de cantantes reconocidos para la época.
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Javier Solís comenzó una nueva etapa actuando en restaurantes y como parte primero del Dúo Guadalajara y luego del Trío Flamingo, llamado después Trío México, con sus amigos Pablo Flores y Miguel Ortiz Reyes. La vocación artística se inició por hambre, ​ comentó Javier, a principios de 1948, aún trabajaba como carnicero en una carnicería llamada La Providencia de la Colonia Condesa y se inició como intérprete solista de música ranchera: cantaba en las noches con grupos de mariachis en la Plaza Garibaldi y en la calle Honduras, en la capital mexicana.
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Javier, después cantó en los restaurantes El Tenampa y el Guadalajara de Noche, donde se hacía acompañar del Mariachi América de Alfredo Serna. Como no tenía sueldo fijo, sus ingresos provenían de las propinas que recibía. Ese mismo año, por primera vez participó en un concurso radial, sin usar su seudónimo. Al finalizar el año, mientras cantaba en la Plaza Garibaldi el general Rafael Ávila Camacho lo contrató junto al mariachi Metepec por un año para actuar en Atlixco, en el estado de Puebla. Fue su primera gira como Javier Luquín. Al finalizar la gira, lo contrataron en un cabaret como cantante y animador, frente a un público diverso. Estudió canto aproximadamente un año con el maestro Miguel Quintero.
Hacia 1950 grabó sus primeras creaciones: Punto negro, Tómate esa copa, Virgen de barro y Te voy a dar mi corazón, producidas, con el Trío Los Galantes, en un pequeño estudio de grabación destinado a artistas aficionados y que pertenecía a la sala de cine Cinelandia de la Ciudad de México. El cantante hizo estas grabaciones en discos de acetato para mostrarlas a sus amistades y las entregó como tarjeta de presentación ante Discos Columbia de México (hoy filial mexicana de Sony Music), la que lo contrató en enero de 1956. Esta empresa discográfica incluiría las dos últimas en el LP Homenaje a Javier Solís, editado en 1990, y Punto negro aparecería en el triple LP 36 Éxitos de Javier Solís, que se distribuyó en el mercado en 1969.

Algunos éxitos de Javier Solis
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Esclavo y Amo
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El Loco
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Te Amare Toda La Vida
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Entrega Total
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Cataclismo
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Qué te importa
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Por qué negar
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Llorarás Llorarás
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Si Dios Me Quita la Vida
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Payaso
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Señora Tentación.
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Inconsolable
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Cuatro Sirios

A principios de 1955 fue contratado para cantar en el Bar Azteca, donde permaneció por espacio de 4 años. Es aquí donde, a sugerencia de su amigo Manuel Garay, cambiaría su seudónimo por Javier Solís, con el cual lograría la fama artística. A mediados de ese mismo año lo escuchó cantar en el local Julito Rodríguez, en ese entonces guitarrista y primera voz del Trío Los Panchos, quien lo recomendó para una audición con Felipe Valdés Leal, quien era director artístico de Discos Columbia de México. Gabriel Siria, ahora convertido en Javier Solís, resultó aprobado en la audición y se le hizo un contrato para grabar su primer sencillo a fines de 1955. Se incluyeron los temas Qué te importa y Por qué negar. El sencillo obtuvo éxito en el interior de México y, gracias a ello, fue contratado formalmente el 15 de enero de 1956. Un hecho inesperado retrasó el lanzamiento de su primer álbum. El día del sepelio del actor y cantante Pedro Infante es motivo para que Solís, subiera a una cripta del cementerio a entonar la ranchera Grito Prisionero, imitando la vocalización del fallecido intérprete.
Solís continuó haciendo presentaciones en el Bar Azteca y también en un espacio de la emisora mexicana XEW. Recibe su primer disco de platino por las altas ventas de su primer sencillo, el día 5 de septiembre de 1957. Como consecuencia, grabó su primer álbum Javier Solís, Volumen I añadiendo a los temas de su disco sencillo 6 canciones más. Fue en esta época en que iniciaron las interrogantes en torno a su vida privada, pues en el prefacio de este LP se aseguró que su nacimiento ocurrió en el estado mexicano de Sonora, lo cual desmintieron las investigaciones periodísticas posteriores.
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Su consagración definitiva fue cuando grabó el tema Llorarás, Llorarás (que formó parte del álbum del mismo título) en 1959, cuando Felipe Valdés Leal logró con consejos que Solís abandonara su estilo imitador de Pedro Infante. En lo sucesivo, su carrera fue meteórica, ya que aunque duró solamente 10 años, grabó 379 canciones y se convirtió en uno de los cantantes más famosos de la historia en México. A pesar de su modesta estatura (1.63 m) y la corta duración de su carrera (10 años) logró forjar una carrera cinemaográfica participando en 33 películas.

En 1959, durante su primera gira promocional hacia Estados Unidos, la disquera preparó un álbum de valses de origen mexicano en el cual el acompañamiento no sería efectuado con mariachis sino con una banda sinfónica conformada por músicos mexicanos y estadounidenses con arreglo y dirección del músico Fernando Zenaido Maldonado. El álbum, titulado Javier Solís con banda, fue grabado en los estudios de Columbia Records en Nueva York.
Al año siguiente (1960), en una nueva gira en Estados Unidos, emprendió un proyecto muy diferente pues grabó boleros con acompañamiento de orquesta de estudio dirigida por quien después sería su amigo, el músico estadounidense Chuck Anderson. Este álbum fue denominado Javier Solís en Nueva York y tenía como fin, según palabras del cantante, ponerlo al nivel de otros artistas de géneros románticos demostrando su versatilidad. Este disco tardaría un tiempo en salir al mercado, debido a la aceptación del cantante como artista del género ranchero.

En 1962 y 1963 graba dos de sus discos más célebres: Fantasía española y Trópico, con canciones del compositor Agustín Lara, convirtiéndose así en uno de sus mejores intérpretes. Con las interpretaciones de Javier Solís inicia una nueva era para la música de mariachi dejando atrás los sones y la temática campirana para incorporar la lírica urbana y las adaptaciones de canciones latinoamericanas, logrando refrescar el género y el interés del público por la música ranchera.



Al iniciarse el año de 1966, Solís emprendió un nuevo proyecto discográfico grabando algunas de las canciones más conocidas de los compositores puertorriqueños Rafael Hernández y Pedro Flores. Sin embargo, debido a sus padecimientos de salud, sólo alcanzó a poner la voz a seis de las ocho pistas preparadas del nuevo álbum, aunque llegó a terminar su otro álbum Javier Solís Con Orquesta.
